50 tonalidades de comunicación interna

13 de octubre, 2022

Hace unos días hablaba con una compañera de la delgada línea que separa un mensaje “casposo” de aquellos que no lo son. Y las dos llegamos a la misma conclusión: no se trata tan sólo del contenido sino también de la presentación. Es decir, que nos deseen los buenos días, está bien. Que lo hagan por medio de una imagen de stock con Comic Sans y marca de agua incluída…bueno, quizás ya nos parece algo más cutre, ¿no?

Pues ahí es donde voy, que a veces la intención no lo es todo y menos cuando queremos llegar a un gran número de personas con realidades muy diversas. Nos encontramos en una posición en la que para llevar nuestros mensajes aún más lejos, debemos centrar éstos en lo que nos une y no en lo que nos hace diferentes. En Sesame, por ejemplo, nuestros valores son compartidos en cada una de sus versiones, nos une la empatía y las ganas de seguir mejorando. 

Bueno, y el mamarrachismo también, como gran demostración de la cercanía que nos caracteriza. O no tendríamos un grupo con todos los miembros de La Base llamado “Las Locas” como centro principal de comunicación interna en el que compartir mensajes oficiales o nuestro amor por la tortilla de patata de Maricarmen. Lo que vengo a decir es que estas son acciones que determinan el tipo de empresa que somos y que, inevitablemente, cualquier persona que forma parte de ella lo hará porque comparte varios -si no todos- de los valores que nos definen y que marcan el origen de nuestra cultura. 

Hablando de la señorita cultura…digamos que desde el germen de cualquier idea que cuenta con posibilidades de convertirse en proyecto, objetivos, valores y cultura de empresa son la base sobre la que se construyen el resto de pasos. Esto diría que lo tenemos más que claro, es de primero de “Creación de Empresas para Dummies”-sin ser yo nada de eso-, pero igual de básico es reconocer y acoger la diversidad de los nuevos caminos que las personas con quienes trabajamos aportan enriqueciendo tanto la estructura de la empresa como su historia y cultura. 

Al fin y al cabo nunca podemos perder de vista que por mucho que plantemos las bases de lo que esperamos de una empresa, una vez ofrecemos a las personas que trabajan en ella la posibilidad de crecer sin filtros y manteniendo su esencia, la evolución cultural será imparable y dejará de pertenecer enteramente a la compañía para ser una creación más “colaborativa”. 

Cuando entras a Sesame hay certezas que son palpables, pero sin duda la transparencia y omnidireccionalidad de la comunicación son las más evidentes y es algo que se demuestra desde los primeros días, cuando tanto CEO como COO se toman tiempo de conocer a cada incorporación y hacer que éstas aprendan que aquí no hay paredes -literalmente- contra las que sus ideas y aportaciones vayan a chocar. 

Se trata de un acto simple marcado por la confianza absoluta en las personas que entran a formar parte del proyecto, entendiendo que éstas se han inscrito y pasado el proceso de selección de un puesto porque se identifican con la cultura empresarial que tanto nos define. Y es que si la confianza en tus equipos es sólida, el resto vendrá solo. 

No me voy a ir sin antes meterte en un apuro, y es que a mí el drama me va más que el café por la mañana. Así que suelto esta bomba y ya la gestionas tú. Si tienes una empresa o proyecto en el que cuentes con personas a tu cargo, o bien gestionas equipos, te reto a probar los límites de la comunicación interna de tu organización, a no temer la espontaneidad de expresión. Y…me cuentas qué es lo mejor -y lo peor- que te ha traído esta experiencia. Empiezo yo poniendo el listón muy alto: instrucciones para una Summer Party contada a través de memes internacionales. 

Laura González

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