Desarrollo profesional
Consejos clave para la gestión de la formación en la empresa
Te contamos las características de un buen programa de gestión de la formación en una empresa para que le saques el máximo partido.
Desarrollo profesional
Te contamos las características de un buen programa de gestión de la formación en una empresa para que le saques el máximo partido.
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Marcos Lopez
HR Consultant
22 de septiembre, 2021
La formación es uno de los pilares del crecimiento de cualquier empresa. Aunque sobre el papel los trabajadores estén preparados, el mundo de la empresa avanza a un ritmo de vértigo y cada vez es más importante preparar a la plantilla. Si el equipo de trabajo no está actualizado, la organización perderá competitividad. Dominar las claves para la gestión de la formación en la empresa es la mejor forma de garantizar la preparación adecuada de cada trabajador para hacer frente a los retos que afrontan en el día a día y mejorar su desarrollo profesional.
Se trata de la estrategia donde aparecen definidas las necesidades de formación de cada empleado o equipo de trabajo. En base a estas necesidades que la empresa necesita cubrir, se diseña un plan de formación para los empleados planificando los tipos de gestión de la formación a seguir para mejorar sus capacidades y competencias. No hay que confundir formación y capacitación, algo más específico; y dentro del plan hay que diferenciar el desarrollo de nuevas habilidades con el reciclaje y actualización de trabajadores y sus conocimientos. Son dos cosas diferentes pero compatibles.
Dentro de este plan de formación deben analizarse los cursos que se impartirán, el presupuesto de formación que tiene la empresa o la planificación: cuándo se harán, dónde se harán y si es algo que durará semanas, meses o incluso años. Para que el plan de formación sea un éxito, también debe incluir el método de evaluación de resultados. Si se utiliza un software de gestión de la formación, todos los detalles deberían aparecer desarrollados en el plan formativo.
Muchas veces, la palabra curso es desmotivadora. En cambio, los talleres tienen una aire más práctico, menos teóricos o menos formales que un curso y pueden resultar más motivadores que si se habla de curso. Cuando la formación es voluntaria, la empresa debe disfrazarla del mejor modo para hacerla atractiva y conseguir que un mayor número de trabajadores la haga. En este sentido, evitar las clases magistrales a favor del protagonista del trabajador es la mejor forma de que la formación sea eficiente.
Incluso si se utiliza un programa de gestión de la formación en las organizaciones, estas tienen a su disposición una amplia variedad de ofertas formativas. Según el momento, será preferible optar por un tipo u otro; pero también hay que tener en cuenta que no todas las formaciones se ajustan a los objetivos de la empresa. Estos son los distintos tipos de formación existentes, que se pueden combinar entre sí:
Conviene recalcar que la formación no obligatoria se hará fuera del horario de trabajo. Cuando se trata de formación obligatoria, el equipo de recursos humanos debería favorecer su realización a lo largo de la jornada laboral. Si solo es posible hacerla fuera de horario, la empresa debería compensar a los trabajadores por el tiempo pagándoles las horas extra, ofreciendo vacaciones adicionales, etc.
¿De qué sirve hacer un curso si el trabajador no se ve recompensado? Cuando se hace un curso, el trabajador espera ver el esfuerzo compensado con nuevas responsabilidades. Si ofrecemos los cursos para seguir progresando pero los trabajadores ven que su situación sigue igual por muchos cursos que hagan, llegará un punto en que los trabajadores se harten y dejen de asistir a los cursos. Es un efecto dominó: si uno abandona, comentará la situación con otro compañero y cada vez habrá menos trabajadores inscritos en el curso.
También es importante la promoción interna del curso. Aunque haya cursos muy interesantes, si no se promocionan entre los trabajadores no tendrán éxito. Además de las fechas, los trabajadores deben conocer el temario, los beneficios, las habilidades que se trabajarán, la trayectoria de quien lo imparte… Detrás de cada curso hay una importante inversión por parte de la empresa, y cuantos más trabajadores los hagan, más fácil será rentabilizar esa inversión.
Siguiendo estas pautas, la gestión de la formación en la empresa será más eficiente. Siempre se puede utilizar un software de recursos humanos para la gestión de la formación empresarial para hacer un seguimiento de cursos y de quién los hace.
Compensar a los trabajadores que apuestan por seguir desarrollándose mediante la formación empresarial y ofrecerla desde el primer día en la empresa es la mejor forma de seguir creciendo y siendo competitivos en un contexto que avanza a gran velocidad.