Gestión de equipos
Gestión de equipos de alto rendimiento (GEAR)
Optimiza la gestión de equipos en tu empresa, corrigiendo las disfunciones más comunes y potenciando su rendimiento.
Gestión de equipos
Optimiza la gestión de equipos en tu empresa, corrigiendo las disfunciones más comunes y potenciando su rendimiento.
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Isabel García
HR Consultant
12 de abril, 2022
Dentro de la gestión de equipos, los equipos de alto rendimiento son grupos de trabajo creados para lograr la excelencia en los distintos ámbitos de actividad de la organización.
Los forman trabajadores con un alto grado de implicación y compromiso, capaces de trabajar en equipo y asumir grandes responsabilidades sin necesidad de una supervisión. Acostumbran a contar con líderes motivadores y una clara visión de sus metas.
Un equipo de trabajo bien entrenado y coordinado repercutirá de manera positiva no sólo a los resultados de la organización sino también a los empleados, aumentando el entusiasmo, cohesión y la satisfacción laboral.
Comunidad Laboral Trabajando.com – Universia
Según su naturaleza u objetivo, identificamos hasta seis tipos de equipos de alto rendimiento:
Para realizar una buena gestión de equipos de alto rendimiento, RRHH debe seguir una serie de criterios comenzando por la capacidad de trabajar en equipo. El colectivo prima sobre lo individual. Especialización y enriquecimiento mutuo son otra de las claves para triunfar.
Definir las expectativas del proyecto para seleccionar a los profesionales que mejor encajan es fundamental. No olvidemos que la organización y gestión de equipos de trabajo debe ofrecer un buen feedback, periódico y detallado.
Los equipos de alto rendimiento tienen un objetivo claro y la gestión de estos equipos debe ir orientada a potenciarlo. Debe ser un propósito conocido por todos sus integrantes, que lo han interiorizado y aceptado.
La misión es alcanzar dicho objetivo, y hacerlo con un nivel de desempeño excepcional. Cada profesional integrado en el equipo hace suyo este objetivo colectivo, logrando una alineación de los mejores profesionales en torno a una misma meta.
Todos los integrantes de un equipo de alto rendimiento deben tener claro su rol individual y cómo relacionarse con los compañeros para alcanzar los objetivos colectivos y que la gestión del equipo resulte sencilla.
Son capaces de ver cómo funciona el equipo, la función de cada uno y saben a quién deben acudir en caso de dudas, problemas o necesidad de ayuda.
En la gestión de equipos de alto rendimiento hay un líder -o varios-, pero los trabajadores tienen libertad para trabajar de forma autónoma.
La flexibilidad es esencial para que que puedan explotar al máximo su productividad y creatividad, siempre dentro de unos plazos y el objetivo común.
Si se integra a un empleado en estos equipos es porque sabemos que puede hacer un buen trabajo, así que habrá que dotarlo de autonomía.
Ya hemos dicho que Recursos Humanos deberá realizar la formación y gestión de los equipos de alto rendimiento. Y para ello, necesitará las herramientas adecuadas.
Cuanto más grande sea la empresa, más difícil nos resultará seleccionar aquellos profesionales con más talento, además de asegurarnos de que son compatibles entre sí. Estas son algunas de las herramientas necesarias para ello.
Un buen ATS o herramienta de selección de personal nos permite seleccionar a los candidatos con mayor potencial, capaces de rendir al 100% bajo los exigentes criterios de la empresa y de los equipos de alto rendimiento.
A la hora de afrontar la gestión de equipos de trabajo, podemos utilizarlo a nivel interno para seleccionar a los trabajadores más talentosos que tenemos en la organización.
La comunicación interna es fundamental para el éxito de cualquier equipo de trabajo, y en la gestión de equipos de alto rendimiento no es ninguna excepción.
Una de las soluciones que podemos utilizar es un gestor de tareas que permita a los diferentes integrantes del equipo y a los líderes saber qué tareas deben completar, los plazos y llevar un control de las mismas. Así, facilitamos la gestión de equipos de alto rendimiento.
Si quieres encontrar a los trabajadores más talentosos de la plantilla, necesitarás analizar el rendimiento laboral de los profesionales mediante la evaluación del desempeño.
Contar con un software específico para ello nos permite localizar a los trabajadores con las competencias y habilidades necesarias para encajar en el grupo y mejorar la gestión del equipo de alto rendimiento.
Insistiendo de nuevo en la importancia de la comunicación interna, nos encontramos con una solución tan interesante como el portal del empleado y el manager.
Nos permite optimizar la interacción entre trabajadores y responsables de la gestión del equipo, facilita la actualización de información, el intercambio de datos, etc. También puede ser una buena fuente de retroalimentación.
Los primeros pasos para crear un equipo de alto rendimiento son fijar objetivos y roles. A partir de ahí podrás construir procesos y planes de acción.
Incentiva la autonomía de la gestión de los equipos, para lo que necesitarás una buena comunicación. Esto ayude a mantener un buen ambiente de trabajo.
Evalúa el desempeño de los empleados y crea un sistema de reconocimiento que permita destacar los hitos alcanzados.
Tuckman definió las cuatro fases en la gestión de equipos de rendimiento. Todo comienza con la etapa de formación y dinámica de grupo, donde un buen líder es fundamental para orientar al equipo.
En la fase de enfrentamiento aparecen los primeros roces o conflictos, que el líder debe solucionar. Luego llegan las etapas de normalización, con una cohesión cada vez mayor, y de desempeño, el cénit del equipo de rendimiento.
Se puede añadir una quinta etapa, la de disolución tras cumplir con el objetivo.
Seguramente, excelencia es la palabra que mejor define a los equipos de alto rendimiento. Pero no podemos pasar por alto la existencia de una serie de características comunes a todos ellos.
Es lo que muchas veces nos permite diferenciar entre un equipo de trabajo convencional y otro de alto rendimiento en la gestión de equipos en nuestra empresa.
Cada integrante asume sus tareas y responsabilidades, pero siempre en el marco de una misión compartida. Todos compartimos una misión, y el éxito colectivo está por encima del brillo de cada individuo.
Las tareas, objetivos o metas de cada miembro del equipo deben estar orientadas siempre al bien del equipo. Lo colectivo tiene prioridad sobre lo individual.
Los equipos de alto rendimiento son multidisciplinares, pero cada persona tiene una función especial. Cada uno tiene una gran experiencia en su campo que le permite ofrecer su propia perspectiva, algo que sin duda redunda en un enriquecimiento de los procesos. Todo el mundo tiene su misión y tareas, y el resultado de todo ello solo puede ser una mayor productividad.
Los equipos de alto rendimiento suelen hacer piña, pero es inevitable que aparezcan conflictos. Y cuando surgen, es fundamental gestionar eficientemente el conflicto.
El debate abierto ayuda a integrar los distintos puntos de vista de cada miembro del equipo, solucionando el problema y evitando que quede ese problema latente que reaparecerá a las primeras de cambio si no se ha cerrado.
La motivación laboral por estar en un equipo de alto rendimiento y el compromiso con la empresa deben ser un pilar básico en la búsqueda de la mejora continua.
Los equipos de alto rendimiento demuestran tener iniciativa, y su apuesta por la innovación y creatividad también se enmarca dentro de esta búsqueda de la mejora continua. Una búsqueda que no debería acabar nunca.
Todos debemos tener claro nuestro papel dentro del equipo: saber qué se espera de nosotros y qué podemos aportar al equipo. Una definición de roles que nos permite desarrollar habilidades blandas y duras.
Formación, generación de ideas, coordinación, cohesión, resolución de conflictos o gestión de recursos son solo algunos ejemplos de desarrollo individual en la gestión de equipos de alto rendimiento.
Una de las claves en la gestión de equipos de trabajo es el reconocimiento de los logros, y los equipos de alto rendimiento no son una excepción.
Es más, estar en uno de ellos es de por sí una recompensa por el trabajo bien hecho. Pero aun así, los responsables de la empresa -o del equipo- deben reconocer los diferentes logros e hitos alcanzados, además de ofrecer la recompensa adecuada a sus miembros.
En la creación de equipos existen una serie de problemas habituales que es necesario conocer para prevenir y corregir a la mayor brevedad en el caso de que surgieran:
Cada equipo de alto rendimiento tiene sus tiempos. Es imposible precisar cuánto tardaremos en crear y desarrollar el nuestro, pues intervienen todo tipo de variables.
El número de empleados de la empresa, la capacidad de detectar a las personas con más talento, la capacidad de liderar y gestionar estos equipos, la química entre los integrantes…
Eso sí, contando con las herramientas adecuadas aceleraremos la formación de dichos equipos, reduciendo el margen de error.
Cuando buscamos mejorar la gestión de equipos de alto rendimiento ejemplos, es fácil pensar en empresas como Google o Apple, empresas realmente innovadoras.
Pero también podemos poner ejemplos como la universidad de Harvard, el Circo del Sol, Spotify o Nestlé que también cuentan con equipos de alto rendimiento. En España, tenemos el ejemplo de Mr. Wonderful. Todas ellas son empresas donde los trabajadores o equipos disfrutan de libertad creativa.
Pero la gestión de equipos de alto rendimiento no solo se puede llevar a cabo en grandes empresas. Con una buena cultura de empresa y orientación al trabajo en equipo, cualquier tamaño de empresa puede llegar a gestionar equipos excelentes.
El alto rendimiento es uno de los mayores retos que podemos afrontar en la gestión de equipos. Es imprescindible que haya un líder, pero alejado del modelo tradicional.
Lo ideal es un estilo de liderazgo tipo director-coach, capaz de orientar a los empleados a la vez que es capaz de respetar la autonomía en la gestión de los equipos.
No necesitan un líder que les explique cómo funcionan las cosas, sino alguien que muestre confianza en el equipo y que les ofrezca ese margen de maniobra.
Más allá de contar con los perfiles adecuados, una buena gestión del talento en equipos de alto rendimiento pasa por la claridad en los objetivos Smart y una definición clara de roles.
Todo el mundo debe conocer su misión y papel en el equipo, además de unos objetivos definidos, consensuados entre las partes y medidos.
No valen medias tintas: el proceso debe ser claro e inclusivo. Un buen ambiente de trabajo, con una potente comunicación interna, donde podamos apoyarnos unos a otros, es clave para el éxito.
Otro de los aspectos fundamentales para triunfar en la gestión de equipos de alto rendimiento es contar con un buen software de recursos humanos.
Por ejemplo, con Sesame HR. Cuenta con grandes ventajas a la hora de dirigir y gestionar equipos de trabajo, dese el primer momento nos ayudará a llevar las riendas del equipo con éxito y aprovechando al máximo nuestros recursos.
Ya hemos dicho que si quieres gestionar un buen equipo de alto rendimiento, necesitarás los mejores perfiles. Y aquí es fundamental contar con un software de recursos humanos que nos oriente en el reclutamiento.
No tiene por qué ser reclutamiento externo, puedes utilizarlo entre la plantilla actual para identificar a los trabajadores más talentosos, con las características que exige un equipo de élite como el que vamos a crear.
Tan importante como el reclutamiento es el onboarding. Nos ayuda a guiar la bienvenida de los trabajadores al equipo de alto rendimiento. Por ejemplo, podemos utilizarlo para presentar la misión de este equipo, sus objetivos y las tareas y misiones del empleado afectado. También para dar a conocer los mecanismos de comunicación interna de dicho equipo, organigrama, etc.
Ya hemos dicho anteriormente que analizar el rendimiento laboral de los trabajadores es de vital importancia en la gestión de equipos de alto rendimiento.
Obviamente, contaremos con los trabajadores que ofrezcan un mejor rendimiento, con los más talentosos y productivos, con cuyas habilidades y competencias encajen en lo que buscamos. Y para ello, hay que analizar su rendimiento.
Insistimos una vez más en la importancia de la comunicación interna en la gestión de equipos, más cuando se trata de equipos de alto rendimiento.
Dotarlo de la estructura necesaria, como el portal del empleado o un chat interno que facilite el contacto entre compañeros y departamentos nos ayudará a optimizar el trabajo, alcanzar mayores cotas de productividad y evitar el riesgo de conflicto, con los beneficios que todo ello implica para el ambiente de trabajo.